Soy mama de 2 niños y estoy esperando al tercero.
Para mí la lactancia fue todo un mundo que fui descubriendo poco a poco a base de ensayo y error.
La primera vez fue un cúmulo de emociones, no sabía absolutamente nada de la lactancia, excepto lo poco que leí en el embarazo. Pero tenía siempre en mente lo que mi madre me decía, “haz caso a tu instinto materno” porque es el más poderoso. Y doy fe de que es lo mejor que puede hacer una madre. La primera lactancia fue un poco dura y siento que el factor social lo pone muy difícil para apoyar a las mujeres a lactar. Sigue habiendo mucha información desactualizada, médicos y profesionales de la salud desactualizados que pueden causar incertidumbre en las futuras mamás.
Mi primera lactancia
duro 1 año y 4 meses. Trate de hacer caso en todo lo que decían los médicos, los familiares y madres que creían tener la verdad suprema en la lactancia y eso me llevo a alejarme de mi instinto y a acabar en un destete triste y forzado donde lo pasamos mal mi bebe y yo. Lo deje porque se supone que la leche ya no lo alimentaba después del año, que eso lo hacía dormir peor las noches y muchas otras cosas. Además, pase por 2 mastitis en aquella lactancia. Y lo peor es que me arrepentí y me sentí muy frustrada por no hacer caso a mi cuerpo y a lo que yo y mi bebe necesitábamos.
Así qué, en mi segunda lactancia
decidí ir con mi instinto por delante e informarme de fuentes fiables para sentirme empoderada y segura de mi misma. Mi segunda lactancia duro 2 años y acabó por decisión propia con un destete muy respetuoso y gradual. Fue una etapa muy bonita para ambos y puedo decir que es muy poderoso tener a mano buena información. Fui de la mano de varios expertos en lactancia, entre ellos Carlos González, los cuales me ayudaron muchísimo a aprender los mil beneficios que tiene la lactancia materna tanto para el bebé como para la madre. Beneficios a corto y largo plazo que muchas mamás desconocen y ojalá se promoviera y se apoyaran cada vez más a las mujeres a optar por la lactancia materna.
Y ahora a unos pocos meses de tener a mi tercer bebe,
no tengo duda en que confiaré de nuevo en mi instinto y daré lactancia materna todo el tiempo que mi bebe y yo nos sintamos a gusto.
En cuanto al destete,
quiero decirte que este se tiene que dar por una decisión muy personal de la madre. La lactancia debe durar el tiempo que la madre se sienta a gusto. No hay que olvidarse que las emociones de la madre también se transmiten al bebe por la leche. Por lo que forzarse a seguir lactando cuando ya no se disfruta no es una buena idea. Que dure lo máximo posible pero que la madre esté a gusto. ¡Mamá feliz, bebé feliz! La lactancia no es fácil como en las películas, en ocasiones puede resultar agotador sobre todo lactar de noche. Pero puede ser muy satisfactoria si te informas bien y haces caso a tu instinto más primitivo. La lactancia es mucho más que alimento, alimenta tu cuerpo físico, pero también tu cuerpo emocional.
Con todo esto
no quiero excluir a las madres que deciden dar biberón por alguna razón y además quiero recalcar que no se es menos madre por dar biberón ni mejor madre por dar pecho. Cada madre hace lo mejor que puede por y para su hijo. Sin embargo, promuevo y te animo a optar por la lactancia materna, a informarte de buenas fuentes y empoderarte haciendo caso a tu cuerpo.
¡Para mí fue un honor poder alimentar a mis hijos y para ellos, es sin duda un regalo para toda la vida!
Según información del libro KRAUSE-DIETOTERAPIA
La lactancia materna exclusiva es el método preferible para la alimentación del lactante en los primeros 6 meses de vida. Muchas organizaciones sanitarias profesionales han respaldado esta recomendación, como la Academy of Nutrition and Dietetics, la AAP, el ACOG, la American Academy of Family Practitioners, Healthy People 2020, el programa WIC, el U.S. Surgeon General y el U.S. Breastfeeding Committee.
Estas organizaciones recomiendan la lactancia materna durante el primer año y, posteriormente, según los deseos mutuos de la madre y el niño; la OMS estimula a la lactancia durante todo el segundo año de vida. La lactancia materna ofrece protección contra infecciones digestivas y de otro tipo y sirve como fuente fundamental de energía y nutrientes durante la enfermedad, reduciendo la mortalidad en niños malnutridos. Se piensa que el desarrollo de un aparato digestivo y un sistema inmunitario fuerte en los niños que maman se debe a la producción de bacterias beneficiosas en el intestino del lactante, proporcionando una población microbiana intestinal sana.
Contraindicaciones
Las contraindicaciones para la lactancia materna son infrecuentes, pero existen una serie de trastornos que justifican al menos una interrupción temporal de la alimentación directa al pecho o bien con la leche materna. La lactancia está contraindicada en lactantes con galactosemia clásica y en madres que tienen tuberculosis activa no tratada, que son positivas para el virus linfótropo de células T humano tipo 1 o 2, que tienen brucelosis, que usan drogas de abuso (sin cierta supervisión médica), que tienen el VIH (en EE. UU.), o que toman ciertos medicamentos (es decir, antimetabolitos y fármacos quimioterápicos).
Requerimientos nutricionales de la lactancia
A pesar del hecho de que la lactancia materna aumenta las necesidades de energía y algunos nutrientes, la leche humana se fabrica a partir de los depósitos de nutrientes maternos, de modo que las madres bien nutridas no necesitan preocuparse por que la calidad de su leche sufra por una dieta imperfecta. La leche sigue siendo perfecta para el lactante incluso en casos de privación y hambre. La leche solo se afecta en casos infrecuentes, cuando las madres presentan una deficiencia nutricional grave a largo plazo. La excusa de no elegir la lactancia materna basándose en el hecho de que la mujer disfruta de tomar café, té o una bebida alcohólica ocasionalmente no está justificada. A menos que se identifique una deficiencia mineral o que la madre tenga restricción dietética, los suplementos dietéticos no son necesarios. Una dieta que incluya alimentos variados con calorías adecuadas aportará a la mujer todos los nutrientes que necesita. A pesar de este hecho, muchos clínicos recomiendan el uso continuado de un suplemento vitamínico/mineral prenatal durante toda la lactancia.
Energía
La IDR de energía durante la lactancia es 330 kcal mayor durante los primeros 6 meses y 400 kcal mayor durante los siguientes 6 meses de la lactancia que para una mujer no embarazada. Sin embargo, considerando que la producción de leche generalmente cae hasta una media de 600 ml/día después de introducir otros alimentos en la dieta del lactante, los valores calóricos ingeridos pueden tener que ajustarse individualmente si la mujer desea evitar aumentar de peso. Una madre es capaz de eliminar de 100 a 150 kcal/día de los depósitos grasos del embarazo. Una madre lactante sana puede perder hasta 0,5 kg por semana y aún suministrar la leche adecuada para mantener el crecimiento de su hijo. La combinación de dieta y ejercicio o la dieta sola pueden ayudar a las mujeres a perder peso después del parto.
Proteínas
La IDR indicada para la lactancia es de 25 g adicionales de proteínas al día, o 71 g de proteínas diarios, basándose en las CDR de 1,1 g/kg de peso corporal de la mujer/día. Con las recomendaciones proteicas es necesario el juicio clínico, porque 71 g/día puede ser demasiado bajo para una mujer con sobrepeso y demasiado alto para una mujer con un IMC menor. Las mujeres con un parto quirúrgico y las que inician el embarazo con un mal estado nutricional pueden necesitar proteínas adicionales. Los requerimientos medios de proteínas para la lactancia se calculan a partir de los datos de composición de la leche y el volumen diario medio de 750 ml, asumiendo un 70% de eficiencia en la conversión de proteínas de la dieta a proteínas de la leche.
Lípidos
La elección de la grasa de la dieta por parte de la madre puede aumentar o disminuir determinados ácidos grasos en la leche, pero no la cantidad total de grasa en la misma. La restricción seria de la ingesta energética produce una movilización de la grasa corporal, y la leche tendrá una composición de ácidos grasos similar a la grasa corporal de la madre. No existe una IDR para los lípidos totales durante la lactancia porque depende de la cantidad de energía requerida por la madre para mantener la producción de leche. Las cantidades recomendadas de AGPICL omega 6 y omega 3 específicos durante la lactancia varían muy poco respecto del embarazo; son cruciales para el desarrollo encefálico fetal y del lactante. Una o dos raciones de pescado a la semana cubren estas necesidades (arenque, atún claro enlatado, salmón). Las madres deben evitar comer peces predadores para evitar concentraciones excesivas de mercurio en la dieta (lucio, marlín, caballa y pez espada) (AAP, 2012). La ingesta de grasas trans debe mantenerse al mínimo por las madres lactantes para reducir el potencial de aparición en la leche.
Vitaminas y minerales
Todos los minerales y vitaminas deben consumirse ya que son necesarios y buenos para la salud en cualquier etapa, sin embargo, destacamos algunos micronutrientes esenciales en esta etapa de lactancia.
Yodo
Los valores adecuados de yodo en la leche materna son particularmente importantes para el neurodesarrollo apropiado del lactante, y la ingesta requerida es casi el doble de los valores en mujeres no embarazadas. Las concentraciones de yodo en la leche se consideran adecuadas para cubrir las necesidades nutricionales del lactante en zonas donde las fuentes alimentarias son correctas. Sin embargo, las madres que viven en zonas deficitarias de yodo, especialmente si también consumen bociógenos o están expuestas a contaminación por perclorato, pueden producir leche con concentraciones insuficientes para cubrir las necesidades del lactante. Como se mencionó anteriormente, el hipertiroidismo y el hipotiroidismo pueden afectar a la producción de leche y por ello las madres deben elegir fuentes alimentarias de yodo como sal yodada, alimentos lácteos, productos marinos y pan hecho con yodo. Las recomendaciones recientes de la American Academy of Pediatrics establecen que las mujeres deben asegurar una ingesta diaria de 290 µg de yodo, lo que generalmente requiere suplementos de 150 µg/día.
Cinc
Los requerimientos de cinc son mayores que durante el embarazo. La leche materna aporta la única fuente de cinc a los lactantes con alimentación materna exclusiva, que también sigue siendo una fuente importante de cinc para los niños después de la lactancia si continúan con alimentación al pecho
Vitamina B12
Para las madres lactantes que siguen una dieta vegana estricta sin ningún producto de origen animal se recomienda encarecidamente un suplemento de vitamina B12 . La leche de la madre vegana puede ser gravemente deficitaria en vitamina B12 , conduciendo a una deficiencia en el lactante que, si no se trata, puede llevar a un retraso del crecimiento y una lesión permanente del sistema nervioso. Las madres lactantes que siguen una dieta vegetariana estricta deben monitorizar los valores de B12 de sus lactantes.
Sodio
La ingesta de sodio durante la lactancia debe controlarse mediante la inclusión de una dieta compuesta de alimentos ricos en valor nutricional que sean naturalmente bajos en sodio. Aunque no existe una recomendación o restricción específica para el sodio en la dieta de las madres lactantes, se ha establecido una relación entre la ingesta de sodio de las madres y el éxito de la lactancia. Un estudio reciente examinó si la preferencia materna por la sal puede facilitar la lactancia. Los investigadores encontraron que las madres con preferencia por una ingesta baja de sal tenían mayor frecuencia de lactancia con éxito después de los 7 días en comparación con las madres que preferían mucha sal. Las madres con preferencia por la sal elevada tenían la menor duración de lactancia materna exclusiva, hasta el día 25 posnatal.
Magnesio
En la falta de sueño y la calidad del sueño en los primeros meses sobre todo del recién nacido, se recomienda suplementarse con magnesio para ayudar a la madre a compensar de alguna manera su agotamiento. Además, se ha comprobado que el magnesio favorece a la prevención de la depresión posparto.
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Recomendación del libro:
UN REGALO PARA TODA LA VIDA- Carlos González (sobre lactancia)